La caza de montería es una modalidad de caza mayor en la que tienen un especial protagonismo los perros de caza. Se practica desde la Baja Edad Media, cuando distintas casas reales y nobles europeas de España, Portugal, Castilla, Francia, Alemania, etc. encargaron la elaboración de Tratados de Caza.
En la actualidad existen principalmente dos tipos de montería en la Península Ibérica, la “norteña” que se lleva a cabo en el extremo norte (principalmente en la mitad norte de Galicia, Asturias y Cantabria) y la montería “a la española”, que es la derivación de la montería peninsular en Portugal y centro y sur de España.
La montería norteña practica la “Caza del jabalí a traílla”. Esta modalidad de caza es muy selectiva, ya que se elige el animal a cazar evitando molestar hembras con cría; además prácticamente no se molesta a ningún otro animal que aquel que se va a cazar, ya que es un defecto imperdonable en los perros que persigan cualquier otro animal que no sea jabalí.
En la montería “a la española”, se abaten generalmente jabalíes, ciervos y otras especies como el gamo y el muflón. Es una modalidad de caza que requiere la máxima observación, atención, silencio y puntería (en blanco móvil) por parte del cazador y que ofrece posibilidades reales de escapatoria a jabalíes y venados. Los perros usados en este tipo de montería generalmente no sirven para cazar al estilo de la montería tradicional, ya que no se trata de una modalidad selectiva.