En el mundo del toro los cuchillos y las espadas (estoques) son sumamente importantes puesto que la estocada final a la res suele ser determinante a la hora de juzgar la labor del torero durante la lidia.
En la lidia el torero suele emplear una espada simulada, conocida como “estoque de ayuda”, lo hace para evitar posibles cortes durante la lidia y porque este es más ligero, lo que facilita su labor. Pero una vez que llega la hora de entrar a matar, el diestro sustituye la espada simulada por el estoque, que es una hoja de acero de una longitud máxima de 88 cm desde la empuñadura a la punta, estrecha y cortante en sus dos últimos tercios, la punta es aguda y fuerte, puesto que tiene que penetrar en la carne de la res sin dificultad, la punta de la espada tiene una pequeña curva, a la que los toreros llaman “muerte”.
Hay dos tipos de estoques diferentes, cada uno de ellos creado para cumplir una función específica. Son el estoque de acero o estoque propiamente dicho y el estoque de descabello.
El estoque clásico tiene que penetrar entre los omóplatos y cortar la arteria aorta, para producir una muerte casi instantánea del toro, es por esto que la espada tiene esa forma tan característica, puesto que si fuera más ancha o no tuviera esa punta tan afilada no podría penetrar el cuerpo del animal.
El estoque de descabello se utiliza cuando el matador ha entrado a matar en varias ocasiones, sin conseguir realizar una estocada que pueda dar muerte a la res, en estos casos y como el animal ya no embiste se utiliza el estoque de descabello. Este es un estoque terminado en una cuchilla, que deberá introducir entre las cervicales para cortar la médula espinal y acabar de esta forma con su vida.
Para los casos en los que el toro cae a la arena, pero todavía no esta muerto se utiliza la puntilla, es un cuchillo que uno de los miembros de la cuadrilla utilizará para de la misma manera que con el descabello, cortar la médula ósea tras introducirlo por las cervicales.
En contadas excepciones, el presidente de la plaza puede indultar a un ejemplar, a petición del público, ya sea por su gran porte o la casta demostrada durante la lidia. Estos ejemplares son devueltos a los corrales, curados de sus heridas y designados sementales, para que su casta y fiereza pase a la siguiente generación. Por eso es tan importante que los utensilios de toreo como espadas y cuchillos cumplan bien la labor para la que fueron diseñados, puesto que los matadores dependen en gran medida de este último tercio para determinar el premio a su faena.