La chaira es un utensilio que se emplea para asentar los filos de los cuchillos o los filos de otros elementos de características similares. Su utilización es de común aplicación en el hogar, como también es muy usual su empleo por carniceros, carpinteros, zapateros y así mismo en otros oficios que utilicen con frecuencia el cuchillo.
Su composición es simple, consiste en un cilindro alargado de acero, cuyo cuerpo posee estrías que se extienden sobre toda su superficie en forma longitudinal. Estas estrías dejan que el filo se mantenga asentado cuando el mismo se para sobre ellas haciendo deslizar la hoja de un extremo a otro y de arriba hacia abajo.
Para utilizar la chaira se necesita colocar el borde más cercano de la hoja del cuchillo contra la parte superior de la chaira mientras se mueve hacia abajo, la cuchilla se mueve en diagonal, mientras que la chaira se mantiene sin mover. Esto se debe hacer en el ángulo del borde, por lo general a 20 grados, y luego repetir en el lado opuesto con el mismo ángulo. Esta acción se tiene que repetir de cinco a diez veces.
El mantenimiento de la chaira no es muy especial, ya que está hecha de un acero de alta calidad y dureza; por lo general es difícil que se oxide o que se gaste rápidamente. Es un utensilio que suele durar muchísimos años.