Con la brújula somos capaces de orientarnos en un territorio desconocido. Su funcionamiento se basa en la atracción magnética que ejerce la Tierra sobre los objetos imantados (la aguja imantada indica la dirección del norte magnético). La brújula es más precisa en altitudes bajas que en altas.
Las brújulas tienen dos partes fundamentales: 1. Base: es una pieza normalmente rectangular con reglas o escalas en sus bordes, una lupa y una flecha roja (“flecha de dirección”), la cual marca el rumbo a seguir. 2. Limbo: colocado sobre la base, es una pieza circular giratoria, graduado en 360 grados dentro de los cuales están incluidos los cuatro puntos cardinales, también tiene líneas norte-sur, una flecha para utilizar como norte, y por supuesto la aguja imantada que siempre señala al norte (su parte roja).
Lo mejor que tiene la brújula es que no se descarga nunca. No necesita baterías.