Las navajas tienen una importancia enorme por su utilidad y versatilidad; tal vez esta sea la razón por la cual están clasificadas actualmente como “utensilios”. Históricamente la navaja española tuvo su origen en Albacete, con un destacado diseño artesanal que le dieron sus primeros fabricantes, los habitantes moriscos de esta zona, quienes eran muy hábiles en el forjado.
En sus comienzos la navaja española sirvió de arma de seguridad, puesto que en aquellos tiempos del siglo XVI, los habitantes de los pueblos vivían en un clima de inseguridad y desprotección.
En ese entonces, armas como las espadas y sables, tenían reservado su uso para la clase noble y la milicia, mientras que los campesinos también necesitaban para su defensa un instrumento igual de eficaz, pero más económico y sencillo de usar. Surge así la navaja como un arma pequeña, pero cuyo tamaño se duplicaba al abrirse, con la ventaja de que pesaba menos, haciéndose más portátil y fácil de ocultar que las espadas y los sables; además de que tenían buen filo y una punta aguda, con lo que su eficacia estaba asegurada y por eso su enorme difusión popular en la época.
En Albacete, como en la mayoría de España, durante los siglos XVII y XVIII, Siglos de Oro de las navajas de Albacete, sus fabricantes no marcaban con punzón las hojas, como en ese momento era lo normal en otros lugares. Por eso no ha sido fácil seguirles el rastro.
Es de anotar que las normas de los Monarcas de la época acabaron con la fabricación, venta, uso y tenencia de puñales, navajas, dagas, cuchillos, etc. Por ejemplo, Felipe V (Lerma, 21 de diciembre de 1721), prohibía “el uso de puñales o cuchillos, navajas u otras armas blancas”, condenando “por el simple hecho de aprehensión con esas armas”, con la pena de seis años de presidio si era noble o de galera si era plebeyo.
Por esto, los artesanos albacetenses tuvieron que cerrar sus fábricas y dedicarse a otras actividades. Pero el pueblo siguió llevando y utilizando navajas, por lo que tuvieron que importarse del extranjero (según narra el Libro de Comercio de España de 1850 a 1869).
Prestigiosas marcas de navajas españolas como Muela, Andújar, Don Benito, Cudeman, Crowning, Pallares, Aitor, Albainox, Celaya, Vergara, J.J. Martínez, Nieto, etc., son conocidas por su excelente calidad, durabilidad y precio.
Hay muchos coleccionistas de navajas que las eligen por sus originales mecanismos de apertura, por sus diseños variados, por su material de fabricación, etc.
En relación al diseño y tamaño de las navajas españolas existe un magnífico ejemplar expuesto en el National Army Museum de Londres. Era propiedad del teniente Mark D’Arcy, del Primer Batallón de los Connaught Rangers, que combatió en Arapiles (dato recogido de un libro editado por Nicolás Benet y Caja Duero titulado “La Batalla de Salamanca. Los Arapiles, 22 de Julio de 1812”), donde se exhibe una fotografía de esa navaja española con un esmerado y original diseño de su mango, así como de la hoja que terminaba en una prolongadísima punta, casi como la punta de una bayoneta.