Las mochilas outdoor pueden convertirse en nuestras mejores aliadas o en nuestra peor pesadilla. Especialmente si pensamos en nuestra sufrida espalda, en nuestros hombros, en nuestras caderas y, en general, en todo nuestro cuerpo cuando caminamos con una carga a cuestas.
Disponer de una buena mochila garantizará el confort de nuestros movimientos y, por lo tanto, la armonía y descanso de nuestro cuerpo y de nuestra mente.
Lo importante es tener claro para qué actividad concreta queremos la mochila. Las mochilas tienen infinidad de usos: las hay para hacer cada tipo de deporte, para viajar, para ir al colegio o a la universidad, para ir al trabajo, para salir de paseo por el campo o por la ciudad, etc.
Cada actividad tiene un propio y específico diseño de mochila, con diferentes tamaños y diversa capacidad de contenido. Hay también modelos de mochilas para hombre y para mujer con ergonomía específica para la espalda y caderas.

La mochila no debe estar demasiado pesada. Se debe llevar lo realmente necesario y distribuir bien la carga para que no esté desequilibrada.
Lo mejor son las mochilas sencillas, de forma tubular, cintas de compresión y ajuste, un buen cinturón y una buena seta, que es mejor que las cremalleras. La espalda debe ser acolchada y estable.
La carga no debe ser soportada por nuestra espalda, sino debe recaer sobre nuestra cadera para luego pasar de forma vertical a nuestras piernas. Por esto, la mochila debe ser ergonómica y adaptarse a nuestra morfología y a la utilización que vamos a darle.
La distribución del equipo en la mochila varía de acuerdo a la actividad que va a ser practicada. Las mochilas outdoor, es decir mochilas para deportes al aire libre, pueden clasificarse en mochilas para excursionismo (caminatas suaves en terrenos tranquilos); mochilas para escalada (caminatas medias en terrenos accidentados); mochilas para expedición (caminatas difíciles en terreno muy accidentado o en monte cerrado); mochilas para expediciones de alta montaña, etc.
Para las caminatas suaves o de excursionismo, el material pesado se coloca en la parte superior de la mochila; para las caminatas medias o de escalada, el material pesado se coloca en la parte media de la mochila y para las caminatas fuertes de expedición o de alta montaña, el material pesado se coloca en el fondo de la mochila.
En fin, por colores, diseño, textil, tamaño y actividad podemos encontrar todas las mochilas que deseemos. Pero lo esencial es que estén morfológica y ergonómicamente adaptadas a nuestro cuerpo. Las hay bellas, cómodas, adecuadas y económicas. Pueden complementarse con riñoneras, para llevar documentos importantes, dinero, móviles, gafas, etc.