La referencia más antigua que se conoce cuando hablamos de los cuchillos y navajas Böker Arbolito es el infinito castaño que daba sombra a la pequeña fábrica de herramientas en Remscheid, muy cerca de Solingen, cuna de la cuchillería alemana. Böker era el apellido de sus propietarios. Obviamente, la calidad de estas herramientas era desvergonzadamente buena y cien años más tarde la marca era líder en la mayoría de los mercados europeos.
1829
Hermann y Robert Böker que estaban al frente de la empresa decidieron cambiar el rumbo de la producción y orientarla hacia la fabricación de sables y cuchillos, cuya demanda parecía no tener fin debido a los turbulentos tiempos políticos que se desarrollaban en la mayoría de los estados europeos. Se encontraron manuscritos cuyos registros mencionan que semanalmente se alcanzaba una producción de 2000 piezas, sumando espadas y cuchillos, se empleaban 64 operarios en la forja, 47 afiladores y gran cantidad de personal en tareas adicionales.
1869
1874
Después de la Segunda Guerra Mundial el floreciente negocio quedó virtualmente hecho pedazos. La fábrica alemana se incendió completamente como consecuencia de los intensos bombardeos. Todo estaba destruido, edificio, máquinas, herramientas, catálogos, muestras …