¡Hola, amantes del buen filo y la historia! ¿Alguna vez te has parado a pensar en la navaja como algo más que una simple herramienta? Si es así, estás en el lugar correcto. Desde tiempos inmemoriales, la navaja de bolsillo ha sido una compañera inseparable del ser humano. De hecho, es una derivación del cuchillo, una herramienta esencial desde la Edad de Piedra para actividades como la caza y la pesca. Hoy en día, aunque a veces se intente marginarlas, las razones para seguir llevando una navaja son múltiples y variadas, desde pequeñas reparaciones hasta situaciones de rescate que pueden salvar vidas.
En este artículo, nos adentraremos en el fascinante mundo de los diferentes tipos de navajas, explorando sus orígenes, características, usos y el legado cultural que las ha convertido en verdaderas joyas de la artesanía y la funcionalidad. ¡Prepárate para un viaje al corazón del filo!
La funcionalidad y el valor práctico de una navaja de calidad es que sea segura, robusta o delgada, pero siempre eficaz, a lo que debe agregarse su diseño y los materiales prácticamente inalterables.
También existen las que a las características esenciales añaden exclusivos rasgos de distinción, como son los aceros Damasco y las maderas exóticas o astas naturales, creando una serie de modelos en los que exclusividad, acabado y belleza demuestran el grado de calidad y artesanía impuesto en su elaboración.
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Tabla de contenidos
- La Navaja Clásica Española y sus Raíces Centenarias
- Orígenes y Evolución de una Artesanía Milenaria
- Tipología de la Navaja Clásica de Albacete
- Navajas de Tradición y Carácter: Símbolos con Historia
- Navajas para Usos Específicos: Herramientas Diseñadas para Cada Propósito
- Otras Navajas Esenciales para Cada Propósito
- Mantenimiento General de tu Navaja: Un Filo que Perdura
La navaja española es un emblema de identidad y tradición. Su aparición, particularmente a finales del siglo XVI durante el reinado de Carlos I, fue una respuesta práctica a la prohibición del uso de espadas para civiles, permitiendo solo a milicias y nobles portarlas. Así, la navaja se convirtió en una alternativa portátil y discreta, llevada a menudo bajo el fajín.
España, con su rica tradición cuchillera, ha sido un referente en la fabricación de navajas durante siglos.
Ya sea combinadas con astas de ciervo o toro, con maderas de gran valor, alpaca, latón, o incluso con los más avanzados compuestos sintéticos, entre nuestras navajas hallará diseños de absoluta actualidad, aunque también existen en las formas más clásicas en las que los artesanos españoles las crearon hace ya siglos, y que confirman nuestra tradición.
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Orígenes y Evolución de una Artesanía Milenaria
La ciudad de Albacete, en Castilla-La Mancha, es mundialmente conocida como el corazón de la cuchillería española y ha tenido una participación fundamental en la historia de la navaja. Desde el siglo XV, Albacete ya destacaba por sus comunidades de herreros y cuchilleros. Para el siglo XVII, la ciudad ya contaba con una sólida manufactura de cuchillería, y en 1971, con aproximadamente cien talleres.
Aunque Albacete es el epicentro, otras poblaciones como Santa Cruz de Mudela, Jerez de la Frontera y Sevilla también están intrínsecamente relacionadas con la historia de la navaja española. Además, maestros artesanos de Toledo, Ripoll, Olot, Mora, Peñíscola, Valencia, Pamplona, Tolosa y Ronda también elaboraban cuchillos, puñales, navajas y tijeras.
La fabricación artesanal de estas navajas implicaba unas cuarenta operaciones. Los materiales comunes para los mangos incluían maderas diversas, asta de toro o venado, latón, hueso, nácar y carey. Las navajas más elaboradas podían llevar incrustaciones de marfil, latón o plata, y adornos circulares con pequeños espejos.
El precio de una navaja depende de la calidad de sus materiales, especialmente del acero con el que estén elaboradas.
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La navaja de Albacete cuenta con doce modelos reconocidos. Algunos de los más representativos son:
- Navaja Clásica Albaceteña: Este modelo afianzó las raíces de la navaja de Albacete. Su hoja es más estilizada que la de la Pastora. Se distingue por sus “virolas” en el extremo superior del mango y el “rebajo” en el inferior, que podían ser de metales como acero inoxidable, latón, alpaca, plata u oro. El muelle, que se mantuvo constante en la tipología, podía ser de teja o tetilla. También se desarrolló la Navaja Clásica de Albacete de Lujo con adornos en virolas y mango, pensada para el coleccionismo. Es considerada la “reina de las navajas españolas”.
- Navaja Fieles: Es uno de los modelos más antiguos, destacando por su corte eficaz y la sencillez de sus partes.
- Navaja Anilla: Su nombre proviene de un muelle con anilla, lo que la hace un modelo más sólido.
- Navaja Pastora: Utilizada para labores de pastoreo.
- Navaja Punta de Espada: Caracterizada por una hoja más recta que se asemeja a una pequeña espada, a diferencia de la navaja clásica que curva al 75% de su longitud. El mango es un poco más estilizado para adaptarse a la hoja.
- Navaja Machete: Su hoja es igual a la de la navaja Punta de Espada, pero se diferencia en que la virola y el rebajo del mango son idénticos, dándole una simetría en la parte superior e inferior.
- Navaja Punta Cortada o Navaja de Injertar: Este modelo nació por una prohibición legal impuesta por D. Práxedes Mateo Sagasta (presidente del Consejo de Ministros entre 1870 y 1902), que impedía que las navajas y cuchillos terminaran en punta. Los cuchilleros cortaron la punta de la hoja para seguir fabricando, dando origen a una nueva herramienta. Los campesinos la adoptaron para injertar árboles, permitiéndoles llevar una herramienta cómoda y plegable para trabajar en el campo.
- Navaja Capora: También conocida como “Lengua de vaca”, se caracteriza por una hoja corta y ancha, utilizada para castrar.

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Más allá de Albacete, la diversidad de navajas en España y el mundo nos ofrece modelos con historias y propósitos únicos.
La navaja de carraca es un icono del patrimonio español, especialmente en Andalucía, Castilla-La Mancha y el Levante. Surgió en los siglos XVIII y XIX como una alternativa al uso de espadas, prohibidas para los civiles. Su nombre proviene del distintivo sonido “crac-crac” que produce al abrirse, gracias a su sistema dentado, un mecanismo apreciado tanto por su efectividad como por su capacidad de intimidar. Se convirtió en un símbolo de identidad local y una herramienta práctica para pastores, labradores, comerciantes, viajeros y, en ocasiones, un arma de defensa personal.
Entre los tipos de navajas de carraca, encontramos:
- Navaja Albaceteña de Carraca: Reconocida por su hoja curvada y mango decorado con asta, hueso o maderas nobles. Era valorada por su calidad artesanal y servía tanto para tareas rurales como para defensa.
- Navaja Sevillana: Larga y estilizada, con empuñadura de latón o carey. Se asociaba tradicionalmente con toreros, gitanos y bandoleros andaluces, siendo un símbolo de estatus y una herramienta útil.
- Navaja de Muelle de Palanca: Destaca por su robustez y facilidad de uso, con un sistema de muelle que aseguraba la hoja para un uso seguro en las faenas del campo.
- Navaja de Abanico (o de doble carraca): Con un diseño más complejo, producía un sonido prolongado al abrirse, lo que le daba fama por su efecto psicológico en el siglo XIX.
- Navaja de Capador: Más pequeña, usada tradicionalmente por veterinarios rurales para tareas específicas, su hoja corta y precisa la hacía ideal para trabajos minuciosos.
La navaja de bandolero es un símbolo icónico de la cultura popular española, evocando una época de aventura y leyendas. Este cuchillo plegable, típico del siglo XIX, fue utilizado por bandidos y viajeros para defensa y tareas cotidianas. Más allá de ser una herramienta, se convirtió en un símbolo de resistencia y valentía.
Un ejemplo emblemático es la “virola de latón”, con su diseño clásico, hoja de acero inoxidable y mango de madera roja, que evoca historias de antaño. La famosa Navaja de Curro Jiménez, conocida como la Navaja Bandolera con Carraca, destaca por su diseño distintivo y su mecanismo de cierre de palanquilla, un verdadero homenaje a la cultura y tradición española. Aunque a veces se asocia con la delincuencia, la navaja de bandolero también refleja la identidad y la lucha por la libertad de quienes, como Curro Jiménez, desafiaban las normas establecidas.
En las regiones de Galicia y Asturias, la historia de las navajas de Taramundi se remonta a siglos atrás, nacida de la necesidad de herramientas para la vida diaria. La tradición de forjar navajas se transmitió de padres a hijos, perfeccionándose con el tiempo. La abundancia de yacimientos de hierro y carbón, junto con numerosos ríos y bosques para carbón vegetal, propició una fuerte industria metalúrgica.
Hoy en día, maestros artesanos como José Rodil continúan esta noble tradición en A Pontenova, heredando el oficio de su padre y abuelo. La fabricación de estas navajas implica técnicas de forja manual y el uso de materiales de alta calidad como el acero y la madera, haciendo que cada navaja sea única y personalizable. José Rodil se mantiene fiel a las técnicas ancestrales, creando piezas de artesanía donde “ponemos nuestra alma y esfuerzo”, sin dejarse influenciar por la producción en serie.

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La evolución de la navaja ha llevado a la creación de modelos altamente especializados, cada uno con características diseñadas para satisfacer necesidades muy concretas.
La navaja marinera es una herramienta histórica y práctica, nacida del oficio del mar en Europa durante los siglos XVIII y XIX. Su diseño se adaptó para afrontar los desafíos a bordo: cortar cabos, deshacer nudos, trabajar con velas o realizar pequeñas reparaciones. A diferencia de otras navajas, la marinera incorporó una pieza clave: el desencapillador o pico de loro, esencial para manipular nudos ajustados o cuerdas mojadas. Su resistencia al óxido, facilidad de apertura con una sola mano y tamaño compacto la hicieron indispensable tanto en la marina mercante como en la militar.
Existen varios tipos según su diseño y funciones:
- Navaja Marinera Clásica: Con hoja de acero inoxidable o carbono y desencapillador curvo. Sencilla, robusta y resistente a la humedad, usada para tareas con cuerdas y velas.
- Navaja Marinera Multiusos: Equipada con herramientas adicionales como destornillador, punzón o abrelatas. Muy popular en la segunda mitad del siglo XX.
- Navaja de Cabo Blanco: Con mango de hueso o plástico blanco resistente, común en la Armada Española, su color permitía localizarla fácilmente en cubierta.
- Navaja con Gancho de Rescate: Modelo moderno con hoja curva o gancho cortacinturones, usada hoy en seguridad marítima, habitual entre bomberos de puerto y rescatistas.
- Navaja Marinera Inglesa (sailor’s knife): Popular entre marineros británicos desde el siglo XIX. Compacta, con hoja de punta roma y desencapillador sólido, ideal para maniobras rápidas.
Para los entusiastas de la recolección de hongos, una navaja micológica es un utensilio esencial. Su diseño específico incluye un filo curvo que permite cortar los tallos con precisión, sin dañar el terreno circundante. La mayoría de modelos incorporan un cepillo de cerdas suaves para limpiar los hongos y, a menudo, una pequeña regla para medir ejemplares. Su tamaño compacto facilita la tarea sin apenas esfuerzo.
Algunos ejemplos destacados son:
- Navaja para setas con pinzas y cepillo de Maserin: Mango de plástico antideslizante y ergonómico, cepillo de limpieza retráctil, pinzas integradas y mosquetón. Hoja curvada de acero inoxidable 420.
- Navaja para setas con mango de madera de olivo de Maserin: De gran calidad, con un bonito mango de madera natural de olivo, cepillo de limpieza de pelo de tejón, pinzas, mosquetón y regla de medición. Hoja curvada de acero inoxidable 420.
- Navaja para setas estilo tranchete de Opinel: Con mango de madera de roble francés, barnizada para protegerla, y hoja de acero inoxidable Sandvik para un corte óptimo. Incluye el sistema de bloqueo Virobloc y un cepillo de cerdas de jabalí. Estas navajas de recolección o jardinería son también conocidas como “tranchete”.
El balisong, también conocido como cuchillo de abanico, navaja mariposa o cuchillo de Batangas, es un cuchillo de bolsillo plegable de origen filipino. Se caracteriza por sus dos mangos que giran en direcciones opuestas alrededor de la guarda, ocultando la hoja al cerrarse. En manos de un usuario entrenado, la hoja se despliega rápidamente con una sola mano mediante maniobras llamadas “volteretas”, practicadas como arte o diversión. Existen versiones sin filo para la práctica segura.
El significado exacto de “balisong” no está claro, pero se cree que proviene de las palabras tagalo baling sungay (“cuerno roto/plegable”) o del nombre de un barangay en Batangas famoso por su fabricación. También se le llama “veinte y nueve” por su longitud de 29 cm abierta, o “clic clack” por el sonido que produce. Se popularizó después de la Segunda Guerra Mundial, cuando los artesanos de Batangas los vendían a militares estadounidenses.
Existen dos tipos principales de construcción:
- Construcción de sándwich: Las capas se fijan o atornillan, y la hoja descansa entre ellas al cerrarse.
- Construcción de canal: La parte principal de cada mango se forma de una sola pieza, con una ranura donde la hoja descansa al cerrarse, siendo este estilo considerado más resistente.
En cuanto a su estatus legal, el balisong es ilegal o está restringido en muchos países (como Alemania, Australia, Canadá, Hawái, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Reino Unido y Suiza) debido a su uso potencial en crímenes o su clasificación como arma oculta. En Filipinas, su porte en áreas urbanas sin permiso o justificación es ilegal. En España, la fabricación, importación, circulación, compraventa, tenencia y uso de un balisong sin doble filo y cuya hoja no exceda los 11 centímetros es legal; si excede los 11 cm, solo es legal para ornato o coleccionismo en el domicilio. En Italia, su tenencia es legal si no es de doble filo, pero su porte sin justificación es ilegal.
La navaja suiza (o Schweizer Offiziersmesser en alemán) es una herramienta manual de diversas funciones, que incluye un cuchillo y múltiples accesorios como destornilladores, tijeras, limas y abrebotellas, todos guardados en el mango mediante un mecanismo de pivote. El término se usa a menudo como sinónimo de navaja de bolsillo.
Su historia comenzó en 1891, cuando Karl Elsener, un fabricante de cuchillos y equipamiento quirúrgico, descubrió que las navajas del Ejército suizo eran fabricadas en Alemania. Molesto, fundó la Asociación Suiza de Cuchilleros con el propósito de fabricar cuchillos suizos para el ejército suizo. Creó el “cuchillo del soldado”, con mango de madera, cuchilla, destornillador para fusil, abrelatas y sacabocados. En 1897, tras perfeccionar su diseño para permitir que las cuchillas se insertaran en ambos lados del mango usando un mismo resorte, añadió una segunda cuchilla y un sacacorchos, llamando a su invento “El Cuchillo Deportivo y de Oficial Suizo Original”.
Los dos principales fabricantes históricos han sido Victorinox (fundada por Elsener) y Wenger (antes Paul Boechat y Cía). Aunque Victorinox adquirió Wenger en 2005, ambas marcas se han mantenido. Hoy, SWIZA es una competencia actual. La navaja suiza es mundialmente famosa, siendo característica de la serie de televisión MacGyver, donde el protagonista la usa para improvisar soluciones a problemas complejos.
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La especialización no termina aquí. La necesidad ha impulsado la creación de navajas para casi cualquier actividad imaginable:
- Navajas de Caza: Suelen ser de gran tamaño, con punta muy fina y hoja ancha y afilada, ideales para trocear piezas. Deben ser robustas y fiables.
- Navajas de Pesca: Se caracterizan por carecer de punta para evitar accidentes a bordo. Deben ser resistentes al agua, duraderas y lo suficientemente afiladas para cortar líneas, redes o preparar pescado. Pueden incorporar herramientas para extraer anzuelos o remendar redes.
- Navajas de Recolección o Jardinería: Fuertes y con un filo curvado para adaptarse a las formas de las plantas, muy usadas en el campo.
- Navajas Militares o Tácticas: Diseñadas para condiciones duras, son robustas, funcionales y fiables. Tienen un mayor espesor de hoja manteniendo flexibilidad y pueden incluir diferentes tipos de filo (liso, sierra).
- Navajas de Rescate: Incorporan un cortador de cinturón de seguridad y una hoja especial (a menudo curva con ligero filo dentado) para cortar estos elementos sin dañar a la persona en caso de accidente.
- Navajas de Supervivencia: Robustas y fiables, equipadas para situaciones extremas, con hojas largas (hasta 15 cm) y, a veces, rompecristales o cortacinturones.
- Navajas Deportivas: Adaptadas a deportes como ciclismo o golf, incorporan herramientas para reparaciones de equipo.
- Navajas de Buceo: Fabricadas con materiales resistentes a la corrosión, permiten cortar elementos enredados bajo el agua. Suelen tener una zona dentada y empuñaduras sintéticas, y se pueden sujetar a la pierna.
- Navajas Camperas: Robustas y con mangos de fina madera (como olivo satinado), usadas para labores campestres. Algunas incluyen un sacacorchos.
- Navajas de Afeitar: Tienen una forma muy característica, sin funda, con una superficie de corte rectangular y muy afilada.
- Navajas Truferas: Especiales para la recolección y limpieza de trufas. Su forma, a menudo como una pequeña pala, exige alta resistencia para extraer el hongo de la tierra.
- Navajas Multiusos o Multiherramientas: Verdaderas “cajas de herramientas” que integran muchas funciones, desde lupas y brújulas hasta diferentes destornilladores y tijeras.
- Navajas Profesionales: Incorporan herramientas específicas para una profesión, como destornilladores o pelacables para electricistas.

Hay navajas para todo tipo de usos como, por ejemplo, navajas de afeitar, navajas de caza, navajas de rescate, navajas marineras, navajas multiherramientas, navajas para deportes como el ciclismo, patines, mountain bike o el golf, navajas de jardinería y monte, navajas-llavero, etc.
También hay navajas estilete, navajas damasquinas, navajas de anilla, navajas de bolsillo, navajas swiss-tools y navajas tácticas. Los coleccionistas y los que las adquieren para distintos usos les toman gran aprecio a cada una de ellas, porque resultan ser un tesoro de gran utilidad.
Desde las épocas más antiguas el uso de la navaja es popular y práctico en muchas profesiones y actividades como, por ejemplo, los agricultores (para podar la vid o vendimiar), los pastores (para tajar el queso y el pan o tallar la madera), los pescadores (para quitar los anzuelos), los cazadores (para trocear alimentos), los tallistas (sobre corcho, jabón o madera), los artesanos cesteros (para igualar los juncos o mimbres), los escribanos (para afilar la antigua pluma o el lapicero), los fontaneros (para cortar tubos o goma), los electricistas (para pelar un cable), etc.
Podemos apreciar como el uso de la navaja es de lo más noble y productivo que existe en manos de personas trabajadoras o coleccionistas; a veces pareciera que algunas personas las pretendieran marginar como un instrumento de mal uso o peligroso.
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Para que tu navaja, sea del tipo que sea, te acompañe toda la vida, es crucial un buen mantenimiento.
- Limpieza tras el uso: El agua salada es corrosiva, por ejemplo, para las navajas marineras, se recomienda enjuagar con agua dulce y secar bien tras cada jornada. En general, limpiar la hoja con un paño seco para evitar la oxidación.
- Lubricación del mecanismo: Unas gotas de aceite lubricante (aceite mineral o lubricante marino para navajas marineras) mantienen el mecanismo suave y funcional.
- Afilado periódico: La hoja debe mantenerse bien afilada para garantizar su eficacia; se recomienda usar piedra de grano fino.
- Almacenamiento: Guardarla en un lugar seco y ventilado, preferiblemente en una funda protectora, prolongará su vida útil y conservará su valor.
Como has podido ver, la navaja es mucho más que una simple herramienta de corte. Es un símbolo histórico y cultural que ha evolucionado junto al ser humano, adaptándose a sus necesidades y dejando una huella indeleble en diversas culturas y profesiones. Desde las robustas navajas de Albacete y las legendarias navajas de bandolero, hasta las versátiles navajas suizas y las especializadas navajas para setas, cada tipo cuenta una historia de ingenio, resistencia y maestría artesanal. Valorar una navaja es apreciar un legado que perdura y que sigue siendo relevante en nuestro día a día.
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