La funcionalidad y el valor práctico de una navaja de calidad es que sea segura, robusta o delgada, pero siempre eficaz, a lo que debe agregarse su diseño y los materiales prácticamente inalterables.
También existen las que a las características esenciales añaden exclusivos rasgos de distinción, como son los aceros Damasco y las maderas exóticas o astas naturales, creando una serie de modelos en los que exclusividad, acabado y belleza demuestran el grado de calidad y artesanía impuesto en su elaboración.
Ya sea combinadas con astas de ciervo o toro, con maderas de gran valor, alpaca, latón, o incluso con los más avanzados compuestos sintéticos, entre nuestras navajas hallará diseños de absoluta actualidad, aunque también existen en las formas más clásicas en las que los artesanos españoles las crearon hace ya siglos, y que confirman nuestra tradición.
El precio depende de la calidad de sus materiales, especialmente del acero con el que estén elaboradas.

Hay navajas para todo tipo de usos como, por ejemplo, navajas de afeitar, navajas de caza, navajas de rescate, navajas marineras, navajas multiherramientas, navajas para deportes como el ciclismo, patines, mountain bike o el golf, navajas de jardinería y monte, navajas-llavero, etc.

También hay navajas estilete, navajas damasquinas, navajas de anilla, navajas de bolsillo, navajas swiss-tools y navajas tácticas. Los coleccionistas y los que las adquieren para distintos usos les toman gran aprecio a cada una de ellas, porque resultan ser un tesoro de gran utilidad.

Desde las épocas más antiguas el uso de la navaja es popular y práctico en muchas profesiones y actividades como, por ejemplo, los agricultores (para podar la vid o vendimiar), los pastores (para tajar el queso y el pan o tallar la madera), los pescadores (para quitar los anzuelos), los cazadores (para trocear alimentos), los tallistas (sobre corcho, jabón o madera), los artesanos cesteros (para igualar los juncos o mimbres), los escribanos (para afilar la antigua pluma o el lapicero), los fontaneros (para cortar tubos o goma), los electricistas (para pelar un cable), etc.
Podemos apreciar como el uso de la navaja es de lo más noble y productivo que existe en manos de personas trabajadoras o coleccionistas; a veces pareciera que algunas personas las pretendieran marginar como un instrumento de mal uso o peligroso.